CARTELERÍA
Henri Charrière, más conocido como Papillon, fue un maleante de poca monta habitual de los bajos fondos de París condenado a trabajos forzados de por vida con tan solo 25 años, tras ser acusado del asesinato de un proxeneta. Un asesinato que él no cometió
En 1969 publicó una novela titulada “Papillon” donde narraba las memorias de su dura reclusión en un penal de la Guayana Francesa. Convertido en un best-seller, tanto el libro como la película dirigida por Franklin J. Schaffner, se pueden considerar un alegato contra las infrahumanas condiciones en que eran tratados los presos en las colonias francesas, a la vez que, una exaltación del esfuerzo que el ser humano es capaz de soportar para sobrevivir
La veracidad de todo lo narrado en el libro de Charriére, se ha puesto muchas veces en duda. Con el tiempo, se ha llegado a la conclusión de que el escritor obtuvo muchas de las historias narradas como propias, de otros reclusos.
Lo que sí está claro es que su novela fue un auténtico éxito literario, una narración escrita con un estilo ameno y directo
El primero que vio las posibilidades que tenía la historia para hacer una buena película fue Roman Polanski.
El director polaco pretendía rodarla con Warren Beatty interpretando el personaje principal. El actor estaba entusiasmado con el proyecto pero Polanski no pudo conseguir suficiente financiación y la producción nunca llegó a iniciarse
Hubo un segundo intento de llevar el libro a la pantalla cuando le ofrecieron la dirección del film a Richard Brooks.
Brooks pensó en Alain Delon y Jean-Paul Belmondo como pareja protagonista, pero fue otro proyecto que también quedó en el olvido
Franklin J. Schaffner, un director con una dilatada experiencia televisiva y que ya había dado muestras de gran pericia en la dirección de superproducciones cinematográficas como “El planeta de los simios”(1968)(Ver Cartelería en JULIO 2020) y “Patton”(1970) fue el elegido para dirigir la película
Fue la producción más cara de 1973 con un presupuesto inicial de 4.000.000$ que fue subiendo hasta los 13.000.000$ finales.
Tras descartar dos borradores del guion, ficharon a Dalton Trumbo para que se hiciese cargo del libreto.
Schaffner impuso un exigente programa de trabajo con el guionista. Iba a rodar el film de forma secuencial, es decir, cronológicamente tal y como se narraba la película en el guion, cosa poco usual en una superproducción como esta, pero así fue la forma de afrontar el reto por el director.
Schaffner y Trumbo se levantaban a las 4 de la mañana y se reunían durante una hora para programar las páginas de guion que se rodarían ese día. cuando terminaban la jornada se volvían a reunir hasta altas horas de la noche para comprobar lo que el guionista había escrito para la filmación del día siguiente
Dalton Trumbo nunca se quejó de ese extenuante plan de rodaje, pero cayó enfermo obligándole a abandonar la producción antes de completar el guion.
Fumador empedernido (se dice que fumaba hasta 6 paquetes de tabaco al día), le diagnosticaron cáncer de pulmón y se descartó cualquier posibilidad de volver al set.
Su aportación al film fue fundamental, introduciendo y desarrollando relaciones de personajes que no existían en la novela de Charrière.
Schaffner quedó tan satisfecho del trabajo del guionista que lo recompensó con un pequeño papel en el film, interpretando al comandante de la colonia penal.
El guion fue terminado por Lorenzo Semple jr.
La elección de Steve McQueen para interpretar a Papillon y de Dustin Hoffman para el rol de Louis Dega es sin duda otro de los grandes aciertos del director y después de comprobar el resultado final, no me imagino a otros dos actores que hubiesen mejorado el producto.
La actuación de ambos es antológica
Al principio del rodaje tuvieron las clásicas tiranteces típicas de dos estrellas de ego subido, pero acordaron comportarse profesionalmente el uno con el otro. McQueen era un auténtico “tocapelotas” como ya os comenté cuando repasamos “Los siete magníficos”(1960)(Ver Cartelería en AGOSTO 2020) y en más de una ocasión intentó corregir a Hoffman, en mitad de una escena, con comentarios faltones
Dustin Hoffman llamó a su relación “rivalidad amistosa” y dijo de su coprotagonista que era un tipo maravilloso:
“Fuera de la pantalla, era el hombre más agradable y con más clase del mundo, pero en el set se volvía muy intenso, un auténtico hijo de puta”
Interpretando a Papillon, McQueen está en su salsa, siendo capaz de transmitir infinidad de sensaciones sin decir apenas una palabra. Sus escenas de aislamiento son extraordinarias. El actor tiene una presencia tan poderosa y creíble que logra de forma magistral hacernos participes de las penalidades que pasa su personaje a causa del hambre y su desgaste tanto físico como psicológico en ese infierno carcelario.
Posiblemente esta sea una de las mejores interpretaciones de toda su carrera
Como era habitual en él, Dustin Hoffman preparó su personaje concienzudamente, ya que tuvo que crearlo de la nada, y digo esto porque Louis Dega es un personaje ficticio. Por otro lado, apenas estaba definido en la novela, fue Trumbo quien desarrollo el personaje en el guion de la película enriqueciéndolo a base de mezclar a varios amigos presidiarios del Charrière de carne y hueso.
Hoffman compuso a Louis Dega tomando como modelo a Dalton Trumbo, particularmente en sus gestos retraídos y tímidos que mostró éste cuando se conocieron. El actor comentó sobre esto:
“Dalton es un hombre realmente luchador y tiene una combinación de dureza, sofisticación e integridad que sentí que era adecuada para Dega”
Además se colocó unas gruesas gafas “de culo de vaso” que le obligaron a usar lentes de contacto para poder ver correctamente a través de ellas. También se mantuvo durante prácticamente todo el rodaje con una dieta a base de cocos que le hizo perder ocho kilos de peso provocándole un deterioro físico idóneo para lograr la imagen de un presidiario obligado a comer cucarachas para subsistir.
Aunque toda la película recae sobre las interpretaciones de McQueen y Hoffman, los dos están muy bien acompañados por secundarios de la talla de Victor Jory, George Coulouris y Anthony Zerbe
El rodaje comenzó en España, en Hondarribia (Guipuzcoa) y en el IES San Fernando (Madrid). Luego el equipo se trasladó a Jamaica donde se rodó casi todo el metraje del film para terminar en Hawai (EE.UU) donde filmaron el salto del acantilado, escena que hizo McQueen sin necesidad de dobles.
El rodaje se inició el 19 de febrero y duró hasta el 4 de junio de 1973
Mientras filmaban en Jamaica, Dustin Hoffman conoció a Paul McCartney que estaba de vacaciones en Montego Bay. Una noche, el actor invitó a McCartney a cenar y lo desafió a escribir una canción “sobre cualquier cosa”. Como daba la casualidad de que Pablo Picasso acababa de morir, Hoffman le pidió a McCartney que compusiera una canción sobre las últimas palabras de Picasso (Bebe por mí, bebe por mi salud. Sabes que no podré beber más).
Fue esa noche cuando Paul compuso “Picasso’s last words(Drink to me)” ante el estupor del actor que no daba crédito a que alguien pudiese componer una canción instantáneamente.
La canción apareció en “Band on the run”(1973), el siguiente álbum de "Wings"
La película contó con una extraordinaria fotografía a cargo de Fred J. Koenekamp y una brillante partitura de Jerry Goldsmith que Schaffner utiliza en el film únicamente en algunas escenas para enfatizar los aspectos psicológicos de sus personajes.
“Papillon” se estrenó en Nueva York el 16 de diciembre de 1973 y el estreno en España fue el 7 de octubre de 1974.
Es un título que se ha revalorizado con el tiempo porque en el momento de su estreno no fueron todo buenas críticas, sin embargo fue un gran éxito de taquilla recaudando más de 50.000.000$ en su primera exhibición.
En fin, una gran superproducción interpretada por una pareja de actores de poderosa personalidad que transmite el anhelo de libertad inquebrantable del ser humano.
Franklin J. Schaffner logra introducir al espectador en la
angustia que se vivía como presidiario en el sistema penitenciario de
Hasta la próxima
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