CARTELERÍA
Ira Levin fue un escritor neoyorquino admirado por muchos
novelistas, entre otras cosas, por la
maravillosas tramas que aplicaba a sus
novelas de suspense. Stephen King decía de él que era “el reloj suizo” de este
género narrativo.
Películas como “Los Niños del Brasil”(1978) o “Las
Mujeres de Stepford”(1975), película que tuvo tres secuelas en TV y un remake
cinematográfico titulado “Las Mujeres Perfectas”(2004) protagonizado por Nicole
Kidman y dirigida por Frank Oz, están basadas en novelas suyas que se
convirtieron en éxitos de ventas
Si tengo que destacar uno entre todos estos best sellers,
me quedo con “El Bebé de Rosemary” que fue adaptada a la gran pantalla por
Roman Polansky y que en España se estrenó con el desafortunado título de “La Semilla
del Diablo”
Y digo esto porque debido a esa vieja costumbre que
tenemos en nuestro país de cambiar muchos de los títulos originales de las
películas, en esta ocasión, el “lumbreras” encargado de titular el film, se
lució de lo lindo revelando con el título lo que el director iba a ir
desvelando al espectador durante el visionado de la peli. Vamos, lo que se dice
un spoiler prematuro (y lamentable)
A principios de 1967, el productor William Castle, famoso por dirigir
películas de serie B de todos los géneros, le llevó a Robert Evans, por aquel
entonces productor ejecutivo de “Paramount Pictures”, el borrador de una novela
de Ira Levin titulada “El Bebé de Rosemary” que estaba a punto de publicarse.
Castle había comprado los derechos para llevarla al cine y quería asociarse con
“Paramount” pensando en poder producirla
y dirigirla
Tras su lectura, Evans vio las posibilidades que tenía la
historia y le compró los derechos por 250.000$, aceptando además que Castle
produjera el film a cambio de un porcentaje de los beneficios pero, para dirigir la película iba a contar con Roman
Polansky, un emergente director europeo que aun no había dirigido nada en suelo
norteamericano.
Polansky que acababa de rodar “El Baile de los Vampiros”(1967) leyó la novela en una noche y aceptó el proyecto diciéndole a
Evans, que además, se haría cargo de escribir el guion
Aprobaron un presupuesto inicial de 1.900.000$, que
finalmente se aumentó hasta los 2.300.000$ que fue lo que terminó costando la
película.
Polansky que era la primera vez que adaptaba la obra de
otro escritor fue muy riguroso con la novela original a la hora de escribir el
guion. Respetó fielmente la estructura e incluso los diálogos utilizados por
Levin, tanto es así, que éste llegó a declarar que la película era “la
adaptación más fiel de una novela jamás salida de Hollywood”
|
ESPAÑA |
En tres semanas, Polansky presentó un primer borrador de
272 páginas. Por su doble tarea de
director y guionista, cobró 150.000$.
A comienzos del
verano de 1967 inició a confeccionar el reparto del film. En este apartado, la
labor más complicada fue encontrar a los dos intérpretes que asumieran los
papeles de Rosemary y Guy, la pareja protagonista, que encarnaría al matrimonio
Woodhouse
|
POLONIA |
La primera opción de Polansky para el papel de Rosemary
fue Tuesday Weld, pero la actriz rechazó el trabajo. Luego, se lo propuso a
Jane Fonda que también rechazó la oferta y se fue a rodar “Barbarella”(1968)
con su marido Roger Vadim. Otras actrices que fueron consideradas para el papel
fueron Julie Christie, Elizabeth Hartman y Patty Duke que incluso llegó a
audicionar para el papel.
Polansky había descartado a Sharon Tate porque le parecía
poco ético “enchufar” a su novia en la producción
|
FRANCIA |
Fue Robert Evans quien le propuso al director el nombre
de Mia Farrow, una joven de 22 años, hija del director de cine John Farrow y de
la actriz Maureen O’Sullivan, que intervenía en “Peyton Place”(1964-1969) una
serie televisiva de mucho éxito en ese momento y que además estaba casada con
Frank Sinatra, con todo el atractivo mediático que eso conllevaba.
Aunque el tipo físico de la actriz se alejaba del
descrito por Levin en la novela, Polansky no tuvo ninguna duda en otorgarle el
papel
|
POLONIA |
Tanto Evans como Polansky querían que el personaje de Guy
Woodhouse fuera interpretado por Robert Redford, pero en ese momento el actor
estaba de pleitos con la "Paramount" y por esta razón, fue desestimado.
La segunda opción fue Robert Wagner que tuvo que
rechazarlo porque estaba comprometido con la famosa serie televisiva “Ladrón
sin Destino” (It Take a Thief, 1968-1970). Wagner lleva arrepintiéndose de esto
toda su vida.
Otros actores considerados fueron Jack Nicholson, Warren
Beatty, Burt Reynolds y Richard Chamberlain
|
ITALIA |
Finalmente, Polansky le ofreció el papel a John
Cassavetes, un actor al que había conocido en Londres y que gozaba de gran
prestigio dentro de la industria debido principalmente por su faceta como
director vanguardista y de arriesgadas propuestas.
Cassavetes aceptó el papel y durante el rodaje tuvo sus
más y sus menos con Polansky debido a las diferencias abismales que ambos
mantenían en sus estilos de trabajo. Mientras Polansky era un tipo
estructurado, metodista, un perfeccionista al que le gustaba tenerlo todo
controlado, Cassavetes era un tipo visceral al que le gustaba improvisar y
dejarse llevar por las sensaciones del momento y detestaba ese férreo control
que el director imponía durante la filmación de escenas. De hecho, el actor
aceptaba actuar en las películas para poder sacar adelante sus proyectos como
director de cine independiente
|
MÉXICO |
Para interpretar al matrimonio Castevet, la atenta pareja
de vecinos, William Castle sugirió a Alfred Lunt y Lynn Fontanne, veterano
matrimonio con una extensísima carrera a sus espaldas en los teatros de
Broadway, pero al final, los personajes fueron interpretados por dos veteranos
de Hollywood: Sidney Blackmer (Roman) y Ruth Gordon (Minnie) que se llevó el
único Oscar conseguido por la película.
El resto de buenos amigos de la pareja protagonista se
completó con un experimentado grupo de estupendos actores secundarios: Ralph
Bellamy, Maurice Evans, Patsy Kelly, Elisha Cook Jr., Emmaline Henry, Hope
Summers, Phil Leeds y Charles Grodin entre otros
|
BRASIL |
Cuando Polansky se hizo cargo del proyecto, su primera
petición fue que Richard Sylbert fuera su diseñador de producción. Fue Sylbert
quien propuso a Ruth Gordon para el papel de Minnie Castevet y también fue de
él la idea de representar el ficticio edificio Bramford (sin duda, junto con
Rosemary, el personaje más importante de la peli) usando el famoso edificio
Dakota de Central Park en Nueva York.
Los impresionantes apartamentos de la película fueron
decorados construidos por George R. Nelson en los sets de rodaje de los
estudios Paramount en Los Ángeles
(California). Nelson fue un maestro en su profesión, responsable de los
decorados de peliculones como “Pequeño Gran Hombre”(1970) y “Apocalypse Now”(1979). Ganó el Oscar con “El Padrino II”(1974)
|
OLIVIER COURBIET
|
El rodaje se realizó entre el 21 de agosto y el 20 de
diciembre de 1967 y fue bastaste conflictivo.
Además de los continuos enfrentamientos entre Polansky y
Cassavetes, el perfeccionismo del director hacía que las sesiones resultaran
interminables. Podía tardar varias noches en rodar una escena que cualquier
otro la hubiera filmado en un par de horas. Muchos días los actores terminaban
su trabajo convencidos de que estaban en manos de un tirano y por si esto no
fuera suficiente, apareció en escena Frankie Sinatra amenazando con romperle
las piernas al director polaco
|
JOHN J. LOMASNEY
|
Sinatra quería que su señora protagonizara junto a él “El
Detective”(1968) el film que iba a rodar con Gordon Douglas. El actor estaba retrasando el inicio de su
rodaje para darle tiempo a Polansky a que terminara la peli. Pero Polansky
llevaba su ritmo y ni se inmutaba de las continuas amenazas e intromisiones de
Sinatra en el rodaje de su película. Frankie lo único que consiguió fue enturbiar
todavía más un ambiente ya de por sí bastante caldeado, para terminar protagonizando su película junto
a Lee Remick con la que según cuentan las malas lenguas, inició una relación
sentimental
|
MIKIEDGE |
Sinatra percibía que “La Semilla del Diablo” podía ser la
película que convirtiera a Mia Farrow en una actriz cotizada y esto era algo
que tampoco le hacía mucha gracia, así que decidió cortar su matrimonio de la
forma más drástica posible: enviando a su abogado al set de rodaje con los
papeles de divorcio.
La joven actriz que no se esperaba este desenlace acusó
psicológicamente el golpe, provocándole un profundo abatimiento hasta prácticamente el fin de la producción. Lo que
le vino muy bien al “zorro” de Polansky, ya que aprovechó el estado de ánimo de
la actriz para integrarlo, de forma magistral, en el personaje que estaba
interpretando
El director de fotografía William A. Fraker conectó a la
perfección con el director polaco. Polansky tuvo una peculiar e ingeniosa manera de rodar el
film que pasa desapercibida para el espectador, muchas escenas están filmadas
con una toma ininterrumpida y sin apenas cortes. Además hace encuadres donde no
vemos a los personajes, pero sin embargo,
sabemos lo que está pasando, un inteligente recurso para convertir al
espectador en una especie de voyeur.
La escena en la que Rosemary anda alelada entre los
automóviles está rodada “a las bravas” es decir, con todo el tráfico , en hora
punta y sin ningún control sobre la circulación. Como ningún operador se
atrevía a hacerlo, Polansky cogió la cámara y siguió a Mia Farrow. Ambos
cruzaron 6 carriles de la 5ª Avenida neoyorquina mientras el director le iba
diciendo a la actriz: “Tranquila, querida. Nadie se atreverá a atropellar a una
embarazada”
La música del film fue compuesta por Krzysztof Komeda, el
habitual colaborador de Polansky en estos menesteres. El joven compositor se
vale de sus habituales recursos jazzísticos para sacar adelante una
extraordinaria banda sonora; innovadora,
vanguardista y muy original como toda su obra. Resalta sobre todo el tema
principal, una inquietante canción de cuna tarareada por Mia Farrow que desde
la escena de apertura del film y a ritmo de vals, se va metiendo en el
cerebro creando cierto malestar, un curioso mal rollito
|
JANA HEIDERSDORF
|
En mayo de 1968 se empezó a trabajar en el montaje del
film. El corte final de Polansky duraba 4 horas y como no tenía claro del todo
que cortar, dejó la edición en manos de Sam O’Steen.
La película se estrenó en Nueva York el 12 de junio de
1968 y el estreno en España fue el 3 de febrero de 1969.
A pesar de ganar el David di Donatello y el Fotogramas de
Plata y estar nominada a Mejor Actriz en los Premios Laurel, los BAFTA y el
Globo de Oro, increíblemente Mia Farrow no fue
nominada al Oscar, una injusticia más en el historial de la Academia.
En fin, posiblemente sea la mejor peli de terror de la
década de los 60. Sin duda inspiradora de films de la década siguiente como “El
Exorcista”(1973) o “La Profecía”(1976). Creo que la originalidad de Polansky en esta película es lograr
ubicar el terror en unas situaciones cotidianas, entre amigables vecinos y conocidos, estableciendo la atmosfera en un
edificio de apartamentos a plena luz del día y jugando sobre todo con la
ambigüedad de la premisa que nos plantea. Con una esplendida puesta en escena
que aprovecha para exhibir sus habilidades en el tratamiento del espacio, creando
un laberinto que va desde el momento en que la joven pareja es engullida por el siniestro
edificio Bramford (que durante el metraje parece como si se transformara) hasta
el climax final en el que tanto el personaje
de Rosemary como el espectador se dan
cuenta de que han sido hábilmente manipulados por la mente brillante de un
cineasta que “lo único” que ha hecho ha sido sumergirlos en un desasosegante
desconcierto.
No es de extrañar pues que de su película, Polanski
dijera: “Yo no quiero que el espectador piense esto o aquello, quiero que no
esté seguro de nada”.
Hasta la próxima