miércoles, 29 de mayo de 2024

SECUENCIAS MÍTICAS: UN DÍA EN LAS CARRERAS (Sam Wood, 1937) - El Dr. Hackenbush volviendo loco al administrador Whitmore

UN DÍA EN LAS CARRERAS (A Day at the Races, 1937)

 

CARTELERÍA


            En 1934 los hermanos Marx desembarcaron en Metro-Goldwyn-Mayer bajo la tutela del productor Irving Thalberg. El éxito no se hizo esperar y con su primera película en el estudio: “Una Noche en la Ópera”(1935) alcanzaron una popularidad que hasta entonces no habían logrado

            Muchos de los ejecutivos de la “Metro” clamaron por poner rápidamente en marcha una segunda película, pero Thalberg que además de saber mucho de cine,  era un tipo muy inteligente planteó razones lo suficientemente convincentes para mantener un compás de espera de algo más de un año para empezar a trabajar en la que sería la séptima peli de los Marx: “Un Día en las Carreras”

            Mientras tanto Groucho, Chico y Harpo disfrutaban del sol de California gastando el dinero ganado gracias al suculento porcentaje del 15% de los beneficios generados por la taquilla de su anterior film

            Thalberg puso a trabajar a un ejército de guionistas para dar forma al argumento del film. Se llegaron a realizar hasta 18 guiones y aunque finalmente,  en los créditos del film, aparecen tres guionistas: Robert Pirosh, George Seaton y George Oppenheimer, hay que reconocer la importante aportación de Al Boasberg en muchos de los sketchs de la película

            Por ejemplo el de la famosa escena de “al rico helado de tutti-frutti” en la que Chico le vende a Groucho un montón de libros imprescindibles para apostar en las carreras y que si no está a la altura de la de “la parte contratante de la primera parte” de “Una Noche en la Ópera”, poco le falta. Una escena tan bien escrita sobre el papel que ninguno de los dos hermanos modificó ni improvisó nada.

            George S. Kauffman, uno de los mejores comediógrafos del siglo XX y colaborador habitual en muchos de los trabajos de los Marx, fue el encargado de dar unidad al batiburrillo de guiones

            Utilizar un sanatorio como centro neurálgico para los desvaríos de los Marx fue idea de Pirosh y Seaton.

            Irving Thalberg eliminó una de las primeras escenas escritas para presentar a Groucho y a Margaret Dumont. La secuencia se desarrollaba en una convención de psicoanalistas en la que Groucho declaraba que el mayor problema que afectaba a la profesión era la falta de nuevas enfermedades. Luego empezaba a describir los síntomas de padecía la señora Dumont con tal lujo de detalles desagradables que a la pobre mujer, terminaba dándole un patatús. Entonces Groucho preguntaba si había algún médico entre los asistentes y cuando uno de ellos levantaba la mano, Groucho ordenaba  que fuera inmediatamente expulsado de la sala.

            A mí me parece buenísima, pero Thalberg pensó que era un humor demasiado sutil para el tipo de público al que iba dirigido el film

BÉLGICA

            En los primeros borradores del guion, el personaje de Groucho se llamaba Dr. Quackenbush, un nombre que era un juego de palabras entre curandero, charlatán y arbusto lo suficientemente tonto para ofender a alguien, o por lo menos eso pensaban en el departamento legal de “La Metro” hasta que comprobaron el listín telefónico y se dieron cuenta que había como una docena de médicos estadounidenses con ese nombre

ESPAÑA

            Así que para evitar denuncias, decidieron cambiar el nombre del personaje a Dr. Hackenbush, sin duda un buen apellido para un veterinario, ya que “Hack” se puede traducir por rocín o jamelgo.

            Groucho siempre citó al Dr. Hackenbush como su personaje favorito de todos los que había interpretado, tanto es así que estuvo muchos años firmando sus cartas personales con el nombre de Hugo Z. Hackenbush

FRANCIA

            La pareja romántica que acompaña a los Marx en esta ocasión estuvo formada por Allan Jones, que ya había sido el galán en “Una Noche en la Ópera” y por Maureen O’Sullivan, la inolvidable Jane compañera del Tarzán Weissmüller, esposa del director John Farrow y madre de Mía Farrow, la mamá de “La Semilla del Diablo” (Rosemary’s Baby, 1968)

SERBIA

            Como en casi todas sus películas, los Marx estuvieron arropados por un extraordinario plantel de actores secundarios.

            Margaret Dumont volvía a acompañar a los Marx en esta aventura. Groucho decía de ella que era el quinto hermano Marx y tenía mucha razón en ello, porque la actriz sacrificó su carrera para ser el blanco de la locuacidad de Groucho, al que ponía en bandeja las frases justas para que él se luciese.

             La actriz trabajó en siete de las trece pelis de los Marx y su recuerdo permanecerá siempre unido a ellos 

AUSTRIA

             Douglas Dumbrille, el Mohammed Khan de “Tres Lanceros Bengalíes”(1935), es también aquí el malo de la función, como casi siempre. Dumbrille fue un magnífico secundario con una carrera de más de 200 papeles entre cine y TV. 

             Sig Rumann que ya había interpretado al empresario Gottlieb en “Una Noche en la Ópera” da vida al Dr. Steinberg, contratado por el administrador del sanatorio para desenmascarar al Dr. Hackenbush. Rumann al que muchos recordamos por sus papeles en films como “Solo los ángeles tienen alas”(1939), “Ninotchka”(1939) y “Ser o no ser”(1942) volvió a trabajar con los Marx en “Una noche en Casablanca”(1946).

             Leonard Ceeley dando vida al administrador Whitmore y Esther Muir como Flo “La Vampiresa” completan el reparto principal del film 

ESPAÑA

            Como “Una Noche en la Ópera” les había salido tan bien, “La Metro” volvió a asignar las labores técnicas a buena parte del mismo equipo.

            Sam Wood volvió a repetir en la dirección, el buen hombre ya estaba curado de espantos y sabía de sobra a lo que se enfrentaba en este nuevo rodaje. 

            La fotografía corrió a cargo de Joseph Ruttenberg, toda una garantía para mantener el nivel exigido por el estudio.

           En la dirección artística contaron con otro monstruo: Cedric Gibbons, uno de los mejores profesionales con los que contaba “el estudio del león”. Ganador de 11 Oscars y responsable de los decorados de películas como: “Los Tres Mosqueteros”(1948), “Quo Vadis”(1951) y “Julio César”(1953) 

AUSTRALIA

           Antes de comenzar a rodar, los Marx salieron de gira por varias ciudades del país para probar ante el público la eficacia de los números humorísticos preparados en el guion. Todos los días, Al Boasberg reescribía algunas escenas en función de cómo hubiera reaccionado el público. 

            El rodaje comenzó el 3 de septiembre de 1936, el día 8 Irving Thalberg pilló un catarro que se convirtió en una neumonía ocasionando su repentino fallecimiento el 14 de septiembre a la edad de 37 años. El mundo perdió a uno de los mejores productores de la Historia y los Marx perdieron a su más fiel valedor dentro del estudio y al hombre que había impulsado su carrera hasta convertirlos en estrellas

BÉLGICA

            Tras la muerte de Thalberg, el rodaje no se reanudó hasta el 21 de diciembre. Fue un rodaje complicado con retrasos por el mal tiempo, una epidemia de gripe y algún que otro accidente como una lesión en el hombro que sufrió Harpo al caerse de un caballo.

            Chico Marx raramente aparecía por los ensayos y se puede comprobar en la secuencia que toca el piano con la orquesta. Resulta que durante los ensayos, agregaron un pequeño solo de flauta en varios compases de la canción. Como Chico no iba a ensayar, pues no lo sabía en el momento que rodaron la escena. Si os fijáis, se le puede ver mirando sorprendido durante su interpretación y sonriendo mientras continua tocando la pieza.

            Finalmente, la filmación terminó el 2 de abril de 1937

ALEMANIA

            
Franz Waxman, célebre compositor de la música de films como “Rebeca”(1940) y “El Crepúsculo de los Dioses” (Sunset Blvd., 1950), asumió la dirección musical de la película.

            La música de las canciones está compuesta por Bronislau Kaper y Walter Jurmann con letras de Gus Khan. En las pelis de los Marx, la música siempre alcanza unas altas cotas de calidad y las canciones, una categoría muy particular.

            En este film, escuchamos entre otras: La Obertura de la Rapsodia Húngara de Franz Liszt, el Preludio en Do sostenido menor de Rachmaninoff…  Allan Jones canta una bonita balada titulada “Tomorrow is Another Day”, Chico se toca al piano: “On the beach at Bali-Bali” y Groucho se baila el Danubio Azul de Johann Strauss  y “La Cucaracha”

ESPAÑA

            Pero si hay un número musical que alcanza mayor relevancia, ese es el cantado por Ivie Anderson y los Crinoline Choir: “All God’s Chillun Got Rhythm”.

            La secuencia se filmó en marzo de 1937 y comienza con Harpo tocando con un flautín la canción “Who Dat Man” en un poblado de chabolas ocupado por humildes familias de afroamericanos.

            El número contiene la que es sin duda una de las mejores exhibiciones de baile “Lindy Hop” de la Historia. Fue la primera vez que los “Whitey’s Lindy Hoppers” aparecieron como grupo oficial en un film de Hollywood.

            Fundado en 1932 por Herbert “Whitey” White, el grupo contaba con los mejores bailarines de “Lindy Hop” del momento, dirigidos por Frankie Manning, líder y coreógrafo del grupo

            El estreno en Estados Unidos fue el 11 de junio de 1937 y en España se estrenó el 26 de diciembre de 1939. 

            Con una duración de una hora y cincuenta minutos, es la película con mayor metraje de los Marx, la única que consiguió una nominación al Oscar y la que más dinero recaudó en el momento de su estreno. 

            En la versión en castellano que podemos ver actualmente, se nombra a Brigitte Bardot, a Fidel Castro, al motor Barreiros… se cantan canciones como “El Telegrama” y “María” de “West Side Story”(1961)…  una larga lista de anacronismos que pueden “chirriar” un poco en un film de 1937. Digamos que son licencias que se tomaron durante el doblaje de 1961. 

            Además de la ya mencionada escena de “al rico helado de tutti-frutti”, la peli contiene infinidad de secuencias inolvidables como: la del reconocimiento médico de la Sra. Upjohn (Margaret Dumont), la de la conversación telefónica en que el administrador intenta comprobar el historial del Dr. Hackenbush,  la que Chico y Harpo empapelan a la rubia malvada…

            En fin, si Irving Thalberg no hubiera muerto, la peli no hubiera sido tan larga y seguramente habría sido mejor, pero aun así, para los amantes del cine clásico y del humor absurdo merece la pena ver una y otra vez cualquiera de las películas protagonizadas por estos tres tipos siempre en batalla contra el sentido común.






                                                     Hasta el mes que viene















UN DÍA EN LAS CARRERAS.