CARTELERÍA
Este mes vamos a recordar una de las películas más caras de la Historia del Cine. En su momento, un despropósito que, además de ser el mayor fracaso en la carrera de su director, estuvo a punto de llevar al estudio 20th Century Fox a la ruina más absoluta
Actualmente, el paso del tiempo, que dicen que siempre pone las cosas en el lugar que le corresponden, ha hecho que tanto el público como la crítica, reconozcan que esta superproducción es ante todo una bellísima película
Walter Wanger, el padre de la criatura, era un veterano productor cuya filmografía incluía peliculones como “La Reina Cristina de Suecia”(1933) o “¡Quiero Vivir!(1958).
En 1958, se hizo con los derechos de una novela titulada “The Life and Times of Cleopatra” del italiano Carlo Maria Franzero con la idea de hacer una película sobre la Reina de Egipto y acudió a “La Fox” donde no le costó demasiado encontrar financiación
El estudio pretendía hacer una película con un modesto presupuesto de 2.000.000$ y le dio vía libre a Wanger para que se hiciera cargo de la producción.
Por aquella época, Darryl F. Zanuck co-fundador y jefe supremo de 20th Century Fox, se encontraba retirado en Europa y el estudio estaba en manos de Spyros Skouras, un inmigrante griego que junto a sus hermanos había hecho fortuna abriendo salas de cine a tutiplén e invirtiendo en la industria naviera, pero que no había producido una peli en su vida, circunstancia que Wanger aprovechó para que nadie controlara todos los disparates que iba a empezar a hacer
La primera opción para interpretar a Cleopatra era Joan Collins, pero la actriz estaba comprometida en otros proyectos y no pudo aceptar el papel. Aunque las malas lenguas aseguran que no le dieron el papel porque se negó a acostarse con Spyros Skouras. La segunda candidata elegida por Wanger fue Audrey Hepburn, pero el estudio no la veía como la seductora Reina del Nilo y le dijo al productor que siguiera buscando.
“La Fox” barajó nombres con algo de lógica como Susan Hayward, Gina Lollobrigida y Sophia Loren. Pero Wanger sin embargo llegó a tantear otros bastante más irracionales como Kim Novak, Brigitte Bardot y Marilyn Monroe que era una de las estrellas de “La Fox” y se tomó un gran berrinche por no ser la elegida
Elizabeth Taylor llevaba dos años consecutivos siendo nominada al Oscar y su papel como la sensual Maggie en “La Gata sobre el Tejado de Zinc”(1958) hacía pensar que era la más idónea para protagonizar el film.
Cuando Wanger llamó a la actriz para ofrecerle el trabajo, esta le contestó: “lo haré por un millón de dólares”. Era una broma que Liz Taylor le había hecho al productor, pero este la había tomado en serio y aceptó la propuesta sin dudarlo
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| HUNGRÍA |
Creo que este fue el momento en que la cosa se empezó a liar, porque las pretensiones de la actriz no terminaban en el elevado sueldo (todo un record para una estrella en ese momento). Cuando Miss Taylor acudió a firmar su contrato, exigió: dos suites con terraza en el hotel Dorchester; un Rolls Royce Silver Cloud para su uso personal; billetes de avión de primera clase para los desplazamientos, Los Angeles a Londres, para ella, su familia y todo el séquito de criados que la acompañaban; 3.000$ de dietas semanales más 1.500$ para su marido que era el encargado de que la estrella llegara a tiempo a los rodajes; el 1.000.000$ de sueldo era por 74 días de rodaje y por supuesto, la clausula más importante, el rodaje tendría que ser fuera de los Estados Unidos para evitar problemas con el fisco.
El estudio aceptó todas las condiciones y el proyecto pasó de los 2.000.000$ iniciales de presupuesto a 6.000.000$
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| ITALIA |
Se le asignó la dirección a Rouben Mamoulian, el guion a Nigel Balchin y los papeles de Julio César a Peter Finch y de Marco Antonio a Stephen Boyd.
Para seguir con las insensateces, se fueron a filmar a Inglaterra, que a priori no parece el lugar con el clima más indicado para representar la antigua Alejandría.
Se alquilaron los Estudios Pinewood londinenses y se construyeron más de 30.000 metros cuadrados de decorados exteriores. Para ornamentar el Antiguo Egipto se trajeron palmeras desde Hollywood y Oriente Medio e incluso desviaron una parte del Támesis de su curso normal para que fluyera por estos terrenos e hiciese las veces de río Nilo
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| POLONIA |
El rodaje comenzó el 28 de septiembre de 1960. Las lluvias otoñales y la densa niebla londinense no se hicieron esperar. El sol no aparecía por ningún lado y el mal tiempo no cesaba. Todas las mañanas más de 3.000 figurantes disfrazados de egipcios esperaban por si se podía filmar algún metro de película.
Liz Taylor estaba enferma y no aparecía por el set.
En lo poco que Mamoulian podía filmar veías salir el vaho de la boca de los actores y había que desechar las secuencias. Un día se escapaba un león y había que desalojar los estudios para que no se comiera a nadie… una locura detrás de otra y una pérdida de tiempo total
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| RUSIA |
La enfermedad de Liz, que muchos pensaban que era todo un cuento, se agravó la noche del 3 de noviembre de 1960. La actriz se quejaba de fuertes dolores de cabeza e hicieron llamar al médico de la reina Isabel II, que tras ver su estado, la ingresó en la prestigiosa “London Clinic”. Liz padecía un ataque de meningitis con la capa externa del cerebro y la membrana de la médula espinal inflamadas. Tras el diagnóstico era imposible saber el tiempo que tendría que permanecer en reposo, pero el caso es que un mes más tarde, la actriz seguía hospitalizada, todo el equipo parado (acumulando más de 45.000$ diarios a los costes de producción) y la “Lloyd’s” de Londres que era la compañía de seguros de la producción diciendo que o se sustituía a la protagonista o se tenía que parar la producción. Y como el destino tenía escrito que Liz sería la Cleopatra cinematográfica, pues la producción se paró
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| UCRANIA |
En apenas 4 meses de infortunado rodaje, se habían fundido 7.000.000$, los decorados estaban inservibles debido a las continuas lluvias y tan solo habían obtenido 10 minutos de metraje utilizable.
Desencantado por todo lo que había ocurrido, Mamoulian, un veterano que había dirigido inolvidables películas como “El Hombre y El Monstruo” (Dr. Jekyll and Mr. Hyde, 1931) o “El Signo del Zorro”(1940), dimitió y no volvió a dirigir ninguna peli en su vida.
Walter Wanger contactó con Alfred Hitchcock para que se hiciera cargo de la dirección del film. Yo creo que Don Alfredo, ni se lo planteó y se fue a dirigir “Los Pájaros”(1963) que estaba más en su línea. Aun así, no puedo imaginarme lo que fumaba Wanger para que se le ocurrieran estas ideas tan descabelladas
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| ESPAÑA |
El director elegido al final fue Joseph L. Mankiewicz. Hasta tres veces desestimó el ofrecimiento, pero un cheque de 3.000.000$ le hizo aceptar el desafío. Además exigió plena libertad para reescribir el guion y elegir a los dos protagonistas masculinos, ya que tanto Peter Finch como Stephen Boyd habían sido liberados de la producción.
Su primera opción para encarnar a Julio César fue Laurence Olivier, pero el actor estaba comprometido dirigiendo el Teatro Nacional de Gran Bretaña y no pudo aceptar. Entonces llamó a Trevor Howard que estaba enfrascado en el rodaje de “Rebelión a Bordo” (Mutiny on the Bounty, 1962), precisamente junto a Marlon Brando, que Mankiewicz quería para interpretar a Marco Antonio. Markiewicz y Brando ya habían trabajado juntos en “Julio César”(1953) y el director quería que Brando repitiera el personaje.
Finalmente, fueron seleccionados Rex Harrison para interpretar a Julio César y Richard Burton para el rol de Marco Antonio
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| FRANCIA |
Liz Taylor tras recuperarse de la meningitis, volvió a caer enferma y esta vez una neumonía sí que estuvo a punto de matarla. El estado de la actriz era muy grave, había dejado de respirar y tuvieron que practicarle una traqueotomía de urgencia para salvarle la vida. Desde entonces lució una cicatriz en la garganta que tenían que disimular los maquilladores.
Liz abandonó el hospital a finales de marzo de 1961. Por un lado, sus enfermedades habían originado un gasto extra de 2.000.000$ al tener que suspenderse la producción., pero por otro, la actriz consiguió que la Academia le otorgara su primer Oscar por su papel de prostituta en “Una Mujer Marcada” (BUtterfield 8, 1960) lo que hizo que aumentara más si cabe tanto su popularidad como el interés del público por “Cleopatra”, su futura película
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| JAPÓN |
Como el clima de Londres había resultado ruinoso tanto para el proyecto como para su estrella, toda la producción se trasladó a Roma, a los estudios “Cinecittà”.
Tardaron tres meses en construir de nuevo todos los decorados, la verdad es que el rodaje resultó tan caótico como en Londres. Liz Taylor se comportaba como una diva y como su privilegiado contrato le permitía cosas como no acudir al rodaje durante su ciclo menstrual, acudía al set cuando le daba la gana, retrasando un rodaje que ya de por sí, era bastante ruinoso.
El descontrol que había con el dinero era alarmante. Un chorreo continuo de billetes que se gastaban en cosas absurdas. Por poner un ejemplo, en botellas de agua mineral se gastaron 80.000$, que era el equivalente a 10 litros de agua por persona al día. Se robaba de todo, desde el agua, hasta vehículos de la producción, todo tipo de accesorios y hasta llegaron a desaparecer animales salvajes como tigres y elefantes. Un auténtico desmadre que hizo que más de uno en Italia se hiciera rico.
Hubo actores y actrices que vivieron 6 meses en Roma a gastos pagados que aparecen un minuto en el film o que ni tan siquiera llegan a aparecer en el montaje final
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| REINO UNIDO |
A finales de enero de 1962, Liz Taylor rodó su primera escena. Habían pasado 16 meses desde el inicio oficial del rodaje.
Los ejecutivos de la Fox estaban de los nervios y urgían a Mankiewicz para que filmara como si no hubiera un mañana. Escribía el guion por las noches y rodaba por las mañanas. Para aguantar este ritmo de trabajo, los médicos le recetaban dexidrinas así que el pobre hombre estuvo hasta arriba de anfetaminas todo el rodaje. Dormía tan solo 4 horas diarias y esto le acarreó problemas de salud para el resto de su vida.
Para que no faltara de nada, Richard Burton y Liz Taylor se enamoraron y rompieron sus respectivos matrimonios desencadenando la ira de los conservadores católicos y dando carnaza a los papparazzi que también hicieron el agosto.
El rodaje iba lento pero la publicidad iba a una velocidad vertiginosa
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| ITALIA |
Todas las cifras fueron de record. Se construyeron 79 decorados. John DeCuir, director artístico de films como “El Rey y Yo”(1956) se hizo cargo del diseño de producción de la película. Su equipo, reconstruyó el enorme decorado de Alejandría hasta en 3 ocasiones. El foro romano que construyeron en los estudios “Cinecittà” era 3 veces más grande que el real.
El departamento de vestuario creó para esta producción 26.000 trajes. Solo en el personaje de Cleopatra se gastaron 200.000$. Hasta ese momento nadie se había gastado ese dineral para un solo personaje. Entre sus 65 trajes se incluía uno confeccionado con oro de 24 quilates que costó 6.500$. Es el que luce en la famosa secuencia de su entrada triunfal en Roma
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| CHECOSLOVAQUIA |
Rodar esta secuencia mítica fue toda una odisea. Había que coordinar a 5.000 extras, cientos de bailarinas, carros, caballos y elefantes. Demasiadas cosas tenían que salir perfectamente en esos 9 minutos de metraje.
Una de las veces la secuencia se arruinó porque los miles de extras italianos que tenían que aclamar a gritos a Cleopatra, se pusieron a gritar Liz!, Liz!, Liz!... mucho cachondeo tuvo que haber ese día en el set de rodaje.
Se tuvieron que rodar nuevos planos porque entre la multitud había extras vendiendo helados entre la gente.
Durante el fabuloso desfile, aparece una pirámide en miniatura que se abre y de ella sale una bandada de palomas, debido al calor, las aves dormitaban y no salían volando. Tuvieron que meter dentro a un miembro del equipo para que en el momento exacto las ahuyentase. Ni que decir tiene que fue un desagradable trabajo porque las palomas no dejaban de cagarse encima de él
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| ALEMANIA |
Además del trío protagonista, la película cuenta en su reparto con un grupo de actores extraordinarios: Roddy McDowall (Octavio), Hume Cronyn (Sosigenes), Martin Landau (Rufio), Cesare Danova (Apolodoro), George Cole (Flavio), Robert Stephens (Germanico), Martin Benson (Ramos) y Andrew Keir (Agripa) entre otros.
Alex North, compositor de brillantes bandas sonoras en films como “¡Viva Zapata!”(1952) y “Espartaco”(1960) fue el elegido para componer la maravillosa música de la película.
La fotografía corrió a cargo de Leon Shamroy, un veterano que había debutado con el cine mudo y que con “Cleopatra” ganó su 4º Oscar. Un maestro al que debemos títulos míticos como: “El Cisne Negro”(1942) y “El Planeta de los Simios”(1968).
Con el estudio al borde de la ruina, Spyros Skouras dimitió como presidente el 26 de junio de 1962, siendo reemplazado por el máximo accionista y mandamás de “La Fox”, Darryl F. Zanuck que lo primero que hizo fue enviar a parte del equipo a España para filmar entre otras cosas, la batalla de Farsalia que se rodó en la costa almeriense. A partir de ese momento, Zanuck hizo con la película lo que le dio la gana
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| AUSTRALIA |
El rodaje finalizó el 6 de marzo de 1963. Habían pasado 2 años y medio desde que todo empezara en Inglaterra. Para poder terminar la peli, “La Fox” había tenido que vender propiedades, decorados y parte del archivo. A los ejecutivos con salarios superiores a 20.000$ se les había rebajado el sueldo a la mitad. La junta de accionistas estaba sedienta de sangre y tras comprobar la catastrófica gestión de Wanger, que se había permitido el lujo de falsificar sus informes, le cortaron la cabeza. Wanger fue despedido y no volvió a producir otra película en su vida.
La idea de Mankiewicz era hacer una peli de 6 horas de duración o dividirla en dos películas de 3 horas cada una. En la primera se contaría la historia de César y Cleopatra y en la segunda, la de Marco Antonio con Cleopatra.
Ni que decir tiene que Zanuck no tenía ninguna intención de estrenar esa primera película sin Taylor y Burton que desde hacía meses eran la pareja de moda y la comidilla de todas las revistas del corazón, así que rechazó la propuesta del director.
Cuando Mankiewicz se dio cuenta de lo que Zanuck pretendía hacer, se quejó diciendo que no estaba dispuesto a que destruyera su trabajo y Zanuck, sin pensar en las consecuencias, lo despidió
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| JAPÓN |
Y las consecuencias fueron que los miles de metros filmados por Mankiewicz hicieron que Zanuck tuviera que volverlo a contratar porque el director era el único que tenía la película en su cabeza y sabía descifrar todo ese rompecabezas. Para convencerlo, Zanuck le compró por 1.500.000$ una pequeña productora que “La Fox” acababa de fundar convirtiéndolo en el director mejor remunerado de la época.
Dorothy Spencer, otra veterana que contaba entre sus trabajos con el montaje de “La Diligencia”(1939) fue la encargada de editar el film. Hizo un montaje de 4 horas de duración pero Zanuck quería que fuera más corta y ordenó a Elmo Williams, uno de sus montadores de confianza, que redujera más el metraje. Williams recortó 33 minutos más de la ya reducida versión de 4 horas. Mankiewicz no tuvo más remedio que tragar
El preestreno fue en el “Rivoli Theatre” de Nueva York el 12 de junio de 1963. Los asistentes a la gala pagaron 100$ cada uno y la expectación era tan grande que un centenar de policías a caballo tuvieron que contener a las masas.
Para el estreno en Estados Unidos, Zanuck recortó más metraje y dejó la peli con una duración de 3 horas y 14 minutos. Los cines pusieron un desorbitado precio de 5,50$ en la entrada, que en 1963 era casi el triple de lo que costaba ir al cine, y a pesar de eso, la peli recaudó 15.000.000$ en ventas anticipadas agotando las entradas en sus 4 primeros meses de estreno.
Fue la película más taquillera del año y aun así tuvo pérdidas. Sin duda debido al descontrolado despilfarro que terminó disparando el presupuesto a 44.000.000$. Fueron los ingresos por TV y vídeo los que finalmente hicieron que el film obtuviera ganancias.
La Academia le concedió 9 candidaturas al Oscar entre ellos el de Mejor Película. Consiguió ganar 4: el de diseño de vestuario, mejor fotografía, dirección artística y mejores efectos especiales.
En fin, cuando a un director le cortan la mitad del metraje de la película que tiene pensada, difícilmente se podrá obtener un mínimo de coherencia en la historia narrada y en resumidas cuentas esto es lo que pasa en la versión de 3 horas y 14 minutos de “Cleopatra”. Ahora bien, la versión de 4 horas y 11 minutos es otro cantar. Tranquilamente se puede afirmar que es uno de los imprescindibles y más representativos films del llamado colosalismo cinematográfico.
Hasta la próxima





















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