domingo, 12 de marzo de 2023

EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (Sunset Boulevard, 1950)

 

CARTELERÍA

 

            Aunque sus comienzos en la escritura fueron dentro del mundillo del periodismo sensacionalista, Billy Wilder pronto se percató que lo que realmente quería era escribir guiones cinematográficos y a eso se dedicaba en Berlín, cuando un exaltado personajillo de nombre Adolfo, con flequillo y bigotillo recortado, empezó su imparable ascenso al poder aterrorizando a todos los que no pensaban como él

            De ascendencia judía, Billy Wilder tuvo que emigrar de Alemania tras el incendio del Reichstag en 1933. Tanto su madre como su padrastro murieron asesinados en el campo de concentración de Auschwitz en Polonia. Años más tarde, Wilder diría con su sarcasmo habitual: “Me fui para no acabar en un horno”

            Tras un breve paso por París y sin saber ni una palabra de inglés se encaminó a probar fortuna a Hollywood donde fue acogido como un exiliado europeo más. Lo que no sabían aún, es que el recién llegado iba a ser uno de los cineastas con más talento de la industria cinematográfica 

            Inteligente y muy espabilado, aprendió muy pronto el idioma y en poco tiempo se convirtió en uno de los guionistas más cotizados de los grandes estudios. Se asoció con el productor Charles Brackett con quien escribiría los guiones de peliculones como “Ninotchka”(1939) de Ernst Lubitsch o “Bola de Fuego”(1944) de Howard Hawks y por supuesto de todas las películas que ya había comenzado a dirigir

          Cuando Wilder afrontó el reto de retratar la decadencia del viejo Hollywood en “El Crepúsculo de los Dioses”, ya había ganado 2 Oscars (mejor guionista y mejor director) por su film: “Días sin Huella”(The Lost Weekend, 1945) y había dirigido ya 8 películas, entre ellas la considerada por Woody Allen, “la mejor película de todos los tiempos”: “Perdición”(Double Indemnity, 1944) que gracias a su éxito de crítica y público lo había colocado en la parte alta del escalafón cinematográfico

SUECIA

            “El Crepúsculo de los Dioses” fue el decimoséptimo guion que escribieron juntos Billy Wilder y Charles Brackett, también fue el último porque al terminar la producción del film, Wilder decidió disolver la sociedad debido a un lamentable desacuerdo que tuvieron ambos por una escena durante el montaje del film. Brackett además de guionista era el productor de la peli y las discrepancias entre productores y directores siempre han estado y estarán a la orden del día en esta industria

BÉLGICA

            A partir de entonces, Wilder se produjo sus propias películas y Brackett siguió escribiendo buenos guiones como el de “Niágara”(1953) de Henry Hathaway o la mejor versión de la novela de Julio Verne “Viaje al Centro de la Tierra”(1959) que dirigió Henry Levin, (pelis de las que también fue el productor) además de seguir produciendo otros (aunque no escribiese el guion) extraordinarios films  como “El Rey y Yo”(1956) de Walter Lang 

DINAMARCA

            Cuando el guion de “El Crepúsculo de los Dioses” empezó a darles dificultades, contrataron de coguionista a un periodista llamado D.M. Marshman Jr.

            Empezaron a trabajar juntos en el libreto el  9 de diciembre de 1948. Por si la temática del film terminaba filtrándose antes de tiempo y temiendo que  provocase una reacción desfavorable entre el mundillo hollywoodiense, cuando entregaron el primer borrador a los “Estudios Paramount”, incluyeron una nota exigiendo máximo sigilo y secretismo con el proyecto. De hecho, mientras estuvo en producción, la película recibió el nombre clave de “Una Lata de Frijoles”

ITALIA

            Wilder comenzó el rodaje con apenas 60 páginas de guion terminado, por lo que tuvo que rodar el film en orden cronológico, cosa poco habitual en el sistema de estudios. De hecho, Gloria Swanson, protagonista del film y actriz veterana desde los tiempos del cine mudo, era la primera vez que hacía una película de esta manera. Cosa que por otra parte le vino muy bien a la actriz para ayudarla a desarrollar el descenso a la locura de su personaje

POLONIA

            Gloria Swanson fue la cuarta opción para interpretar el personaje de Norma Desmond. La primera candidata había sido Mae West, pero la actriz se empeñó en cambiar los diálogos y Wilder era de esos directores que consideraban el guion como algo sagrado, una herramienta de trabajo donde admitía cambiar ni una coma.

            Wilder llamó por teléfono a Pola Negri, su segunda opción, descubriendo que el fuerte acento polaco que había arruinado la carrera de la actriz con la llegada del cine sonoro, persistía, lo que hacía su participación inviable en una película con tantos diálogos

ESPAÑA

            Tras este segundo traspiés, Wilder y Brackett se fueron a visitar a Mary Pickford para contarle la historia de la peli, pero su reacción de horror a medida que avanzaba el relato hizo que se detuvieran a la mitad. Le pidieron disculpas y se despidieron de ella.

             Fue George Cukor quien les recomendó a Gloria Swanson para el papel. La actriz estuvo a punto de rechazarlo cuando Wilder le dijo que tenía que hacer una prueba de cámara. Al final fue Cukor quien la convenció diciéndole que si no la hacía, él personalmente, le pegaría un tiro. Swanson accedió a hacer la audición y consiguió un papel por el que cobró 50.000$ y 5.000$  más a la semana por estar a plena disponibilidad de la producción

ARGENTINA

            Para interpretar al escritor Joe Gillis fue elegido Montgomery Clift con un contrato que le aseguraba 5.000$ semanales, durante un mínimo de doce semanas, pero tres días antes de comenzar el rodaje, se retiró del proyecto. El actor puso como excusa que acababa de interpretar a un hombre mantenido por una mujer mayor en el film de William Wyler “La Heredera”(1949). La realidad es que Clift estaba manteniendo una relación con Libby Holman, ex actriz rica y mayor que pensó que el film de Wilder podría tomarse como una parodia de su relación. Holman amenazó  al actor con suicidarse si protagonizaba el film

ITALIA

            Tras la negativa de Clift, el personaje le cayó del cielo a Willian Holden, un actor cuya carrera en esos momentos languidecía y que gracias a este film y a “Traidor en el Infierno”(Stalag 17, 1953) también de Billy Wilder, iba a conseguir dos nominaciones al Oscar, ganándolo con la segunda de ellas lo que le valdría para convertirse en uno de los actores más cotizados del Hollywood de los años 50. 

            Holden, aunque tuvo altibajos en su filmografía, fue un reputado profesional muy valorado siempre por los directores con los que trabajaba y un “guaperas” que componía personajes que solían ir siempre impregnados de un  amargo cinismo. Nos dejó  inolvidables trabajos en films como: “Sabrina”(1954) también de Wilder, “El puente sobre el río Kwai”(1957) de David Lean o “Grupo Salvaje”(1969) de Sam Peckinpah

FINLANDIA

            Un gran acierto de Billy Wilder fue buscar a Erich Von Stroheim para encarnar a Max, el mayordomo de la diva, sin duda uno de los personajes más importantes en la trama del film.

            Stroheim había sido un buen director en la época del cine mudo, además de buen actor, recordado por  trabajos como el que hizo a las órdenes de Jean Renoir en “La Gran Ilusión”(1937). Con Wilder ya había trabajado en “Cinco Tumbas al Cairo”(1943) y aunque no le hizo mucha gracia su participación en “El Crepúsculo de los Dioses” debido al papel que interpretaba, no tuvo más remedio que aceptarlo porque en esos momentos su estado financiero era lamentable

FRANCIA

            Además de una soberbia interpretación, Stroheim fue el que le sugirió a Wilder la brillante idea de las cartas de admiración a Norma Desmond escritas por su mayordomo.

            Wilder admiraba al cineasta desde sus días de gloria en el cine mudo y no cabe duda que este papel fue todo un regalo, una especie de homenaje hacia él. De hecho, pienso que es su rol cinematográfico más recordado por los cinéfilos, aunque Stroheim siempre que se refería a su personaje lo hacía de forma despectiva: “ese papel de maldito mayordomo”

HUNGRÍA

            Para interpretar a Betty Schaefer, la chica de la película, Wilder quería una cara nueva. Le dieron el papel a Nancy Olson que, en esos momentos, tan solo había hecho un par de apariciones esporádicas en la gran pantalla.

            Para darle más verosimilitud al mundo que retrataba el film, incluyeron la participación de auténticos profesionales de Hollywood haciendo de sí mismos.

            Cecil B. DeMille aparece (en una fabulosa secuencia)  en el decorado real de “Sansón y Dalila”(1949), la película que estaba dirigiendo en ese momento.

            En  la secuencia de la partida de cartas aparecen tres estrellas del cine mudo: Buster Keaton, Anna Q. Nilsson y H.B. Warner, el inolvidable Chang de “Horizontes Perdidos”(1937)

UCRANIA

            
El rodaje se realizó entre el 11 de abril y el 18 de junio de 1949 y se estima que el presupuesto final fue de 1.752.000$

            Casi toda la acción de la película se desarrolla en la mansión de la diva, un lóbrego y extravagante palacete construido en 1924 de estilo barroco y que pertenecía a la ex esposa  del multimillonario John Paul Getty. "Paramount" alquiló la casa y construyó la indispensable piscina para poder filmar las escenas en exteriores.

            Para rodar los interiores se construyeron los decorados en sets de rodaje bajo la supervisión de Hans Dreier, recordado director artístico de films como “Los Inconquistables”(1947) de Cecil B. DeMille. Dreier contrató a John Meehan para que se hiciese cargo del diseño de producción 

 

PETER JOJAIO

            La cama de Norma Desmond, perteneció originalmente a la actriz y cantante francesa Gaby Deslys. Universal la compró tras morir la actriz en 1920 y es un mueble que desde entonces  había aparecido en varias películas. La más recordada sin duda la versión muda de “El Fantasma de la Ópera” (1925) con Lon Chaney.

            Además de la cama, la mansión está repleta de todo tipo de muebles y objetos decorativos, así como de fotos que Wilder le pidió a Gloria Swanson con el fin de que toda esta sobrecargada acumulación convirtiera las estancias del palacete en una especie de siniestro museo de la decadente diva

ALEMANIA

            A crear este ambiente sobrecargado también ayudó John F. Seitz, el habitual director de fotografía de Wilder, que para filmar algunas escenas, espolvoreaba polvo en el aire para que las luces lo captaran creando, por momentos, una sensación de agobio. 

           El diseño de vestuario fue obra de la gran Edith Head que trabajó con la propia Gloria Swanson para confeccionar el suntuoso guardarropa de su personaje, ya que pensó que la actriz sabía  perfectamente como habían vestido las estrellas de la época del cine mudo y lo que vestirían en la época en la que se desarrolla el film. Swanson agregó  joyas y complementos suyos para enriquecer el vestuario de su personaje

PORTUGAL

            Frank Waxman compuso una de las mejores partituras que se han hecho para una película. Además del tema principal inspirado en un tango que el músico utiliza de “leitmotive”  y que va transformándose y distorsionándose a medida que Norma va encaminándose hacia la locura, tenemos también la extraordinaria versión del compositor inspirada en “La Danza de los Siete Velos” de Richard Strauss que acompaña una de las escenas más memorables del film.

            Frank Waxman fue uno de los grandes compositores de la época dorada de Hollywood, un autor que nos dejó extraordinarias bandas sonoras en películas como “Rebeca”(1940) o “La Ventana Indiscreta”(1954)

FRANCIA

            La película se estrenó en Nueva York el 10 de agosto de 1950.

            El estreno en España fue el 26 de febrero de 1952.

            Tras el estreno, el film levantó ampollas sobre todo entre los dirigentes de los grandes estudios. Aun así, “El Crepúsculo de los Dioses” obtuvo 11 nominaciones a los Oscars y ganó 3 estatuillas: mejor guion, mejor dirección artística y mejor música.

            Se hizo un musical de la película que se estrenó en Londres el 12 de julio de 1993 y tuvo 1529 representaciones. En Broadway se estrenó en el “Minskoff Theatre” el 17 de noviembre de 1994, tuvo 977 representaciones y ganó 3 premios “Tony”: mejor musical, mejor libreto y mejor partitura.

            En fin, personalmente creo que es uno de los mejores films de Billy Wilder (y tiene unos cuantos fantásticos), con un inicio sorprendente y un contundente final , repleto de camuflada mala leche, soberbias secuencias y corrosivos diálogos donde “el duendecillo vienés” consigue retratar como nunca nadie había hecho, la decadencia de una estrella de cine, de un ser humano que después de estar en la cima del mundo, se va precipitando al fondo de un precipicio donde solo le espera la locura. Por desgracia en el glamuroso mundo del celuloide, eres alguien mientras des dinero al negocio, mientras tengas el favor del público que va a ver tus películas, cuando esa gracia se pierde, toda esa industria que te ha adulado y te ha mantenido en un limbo por encima del resto de los mortales se convierte en una cruel picadora de carne.

            Y esta es la realidad que de forma magistral  nos cuenta Wilder en la película. Un cineasta que cuando le preguntaban cual era su regla fundamental para hacer cine, solía contestar con estas palabras:

            “Tengo 10 mandamientos: los primeros 9 son “no aburrirás”. El décimo es “tendrás el derecho a hacer el montaje final de tu película” porque el truco principal reside en convencer al público, persuadirle”. 

           





                                                Hasta la próxima peli









 




 




 


 

 





 






 




 




 


 




 


 




 

 




 





 


 


 
 


 


 


 


 


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